Cuando una década atrás la siembra de soja transgénica era presentada como promesa y salvación de una provincia y un país que habían liquidado hasta la bijouterie de la abuela, nadie podía imaginar las nefastas consecuencias que ésta acarrearía. Las cuantiosas regalías a corto plazo, generadas a costa del desmonte, la reducción al monocultivo, aparición de nuevas enfermedades y multiplicación de otras existentes, producto de fumigaciones indiscriminadas, sólo sirvieron para que unos pocos forraran sus bolsillos dejando atrás una tierra arrasada. (Gilda García, Mirada Colectiva - Enredando - GRR)

Yo soy médico general de familia. Hago toda la medicina desde el embarazo hasta la muerte del abuelito. Me interesé en esto porque empezaron a aparecer dos patologías: la muerte del bebé durante el parto y la otra que se llama muerte fetal precoz. Es una situación donde se produce el embarazo, la bolsa, la placenta, pero no se produce el bebé. Hoy en día se entiende que este embrión murió antes de ser visible. Esta última patología ha aumentado en forma extraordinaria en toda la zona de Paraná Campaña y la Provincia.

Así fue que comencé a investigar que era lo que había cambiado para que antes no sucediera y ahora sí. Para el año 2000, cuando empecé, ya llevaba 18 años trabajando en Cerrito. Tenía idea de lo que era el pueblo antes y después de la soja. He visto gente que se ha muerto de cáncer a los 30 años, los problemas de gestación que te mencioné antes, aumento en problemas de fertilidad. Ni hablar de enfermedades respiratorias. Desde el 94 al 2004 las dermatitis se quintuplicaron. Las enfermedades respiratorias aumentaron entre un 100 y un 200 %.

¿Cuál sería el grado de tolerancia a los agrotóxicos en una persona?

No hay un umbral. Vos no podes evaluar para un bebé que está en gestación, un chico dentro de la panza de su mamá, cuál es la mínima cantidad que no le va a hacer daño. Cualquier exposición de la mamá aumenta el riesgo de tener problemas en el futuro. Pueden ser inmediatos como una malformación o trastornos a muy larga distancia como una esterilidad de ese chico en su adultez. Toda exposición a un químico de estos tiene dos reacciones: una es la intoxicación aguda, que generalmente puede ser dolor de cabeza, vómitos y diarrea, problemas respiratorios, un problema de piel, una erupción. Esa intoxicación aguda, generalmente es de muy corta duración, autolimitada y de fácil tratamiento.

El problema son las intoxicaciones crónicas. Cuando aparecen síntomas a los diez, quince, veinte años de la exposición. A lo mejor ese tipo al que le aparecen esos síntomas cambió de residencia, de ocupación, cambió un montón de cosas. Entonces nadie hace la asociación entre esa esterilidad, ese cáncer de próstata o ese cáncer de ovario o de mama o tiroides y aquella exposición que tuvo a los agrotóxicos hace diez o veinte años atrás. Esta es la gran trampa. Porque todos estos defensores de la soja transgénica te dicen que esto hay que comprobarlo con estadísticas.

Acá está todo muy claro: desde que el gobierno nacional basa todo su éxito político en las regalías de la soja...y ya tenes ahí la decisión política.

 

¿Qué sucedería si hoy pararan con las fumigaciones?

Todos estos productos que se usan en fumigaciones son sintéticos por lo cual el organismo no los reconoce, no sabe qué hacer con ellos y no los metaboliza, es decir, no los disuelve, no los va rompiendo molécula por molécula y eliminándolo. Entonces permanecen en el cuerpo, fundamentalmente en la grasa. En la grasa de todos los animales, no solamente de los humanos. Entonces, cuando te comes un asadito gordo también te estas comiendo toda esa fumigación que recibió esa vaca cuando estaba pastando al lado de un sojal.

 

 

 

 

¿Qué grado de contaminación tienen los productos vegetales?

A esta altura del partido uno ya ni sabe. Es prácticamente imposible hacer una explotación orgánica total porque todo está contaminado. Una ingeniera agrónoma que encontré en un congreso en Mar del Plata contaba que ellos habían hecho pruebas en un campo nuevo con hortalizas y resulta que le aparecen indicios de agrotóxicos. Parece que habían fertilizado la tierra con hojas de pino y el pino es uno de los árboles que más absorbe y retiene a los agroquímicos.

 

 

¿Cuántas generaciones quedarán afectadas por el uso indiscriminado de agrotóxicos?

Algunos hablan de décadas, otros de centurias para que puedan ser eliminados. En realidad, no eliminados sino minimizados. O que por ahí se produzca en la especie humana una modificación metabólica que aprenda a manejar esto. Pero ya estamos hablando de un nuevo ser humano que se parece mucho a la creación de plantas transgénicas. La más mínima prudencia científica te dice que no, que esto tiene que estar controlado dentro de las cuatro paredes de un laboratorio. Y acá estamos desparramando genes como si nada.

 Entonces no deberían sorprendernos las catástrofes de Santa Fe, de Tartagal y ahora del Chaco, si todo ese monte que era la esponja que retenía el agua desapareció. Ahora todo es soja. Y no nos olvidemos que en Salta estuvieron a punto de vender una reserva natural para sembrar soja. Es la primera vez en la historia que se hace eso con un territorio. La historia muestra que si se encuentra un ecosistema que debamos cuidar, lo hacemos reserva. Pero nunca jamás se dio a la inversa.

Porque, además vos tenés que tener en cuenta que esa especie no está allí sola. Es decir, tanto la salida como el ingreso de la especie a un ecosistema repercute en todas las otras. Porque esa especie que estaba allí y que, por causas de la contaminación desaparece, era tal vez el alimento o se comía alguna otra que a su vez...

Ahora tenemos ratas en las ciudades porque el desmonte las dejó sin su hábitat natural.

Son transmisoras de una cantidad de enfermedades. Pero hay otro bicho al que prácticamente nadie está teniendo en cuenta que es la vinchuca. Esta tiene dos ciclos: un ciclo selvático y un ciclo urbano. Si le destruimos el hábitat selvático, a algún lado tiene que ir. El bicho tiene que sobrevivir. Y va a hacerlo donde tenga alimento. Y el alimento somos nosotros. Vive de nuestra sangre. Sumado a esto, toda la cuestión de la siembra directa ha producido una pérdida tremenda de empleo en el campo. Entonces esa gente se va a la ciudad y el peón de campo no es un tipo que tenga capacidad económica para comprarse un departamentito en Barrio Norte. No. El tipo se va a agregar a los cordones de pobreza de las grandes ciudades. Y le quedan dos caminos: o es víctima de la delincuencia o delinque para sobrevivir.

Sí, además ese tipo va a armar lo que pueda como vivienda y esa será el mejor hábitat del bicho: la construcción precaria con espacios húmedos, cerrados y oscuros.

 

 El silencio de los culpables

No sólo que no sale, que se lo oculta, sino que también se lo desdibuja. Pero yo no sé si soy un iluso o qué, pero ha cambiado la cosa. La gente empieza a saber que esto es perjudicial y sale a presionar.

Si todo esto se hace sin un marco legal ¿Qué va a suceder cuando se apruebe la Ley de Promoción a la Industria Biotecnológica o ley Monsanto?

 

¿Qué alternativas de siembra se le puede ofrecer al productor?

Alternativas hay un montón. Lo que pasa es que hace falta toda una infraestructura estatal que las estimule. Pero si hoy sucediera alguna cosa que hiciera caer el precio de la soja, nosotros volvemos al 2001 o peor. Porque toda la explotación agrícola alternativa desapareció.

 

La mala semilla, ¿A quien beneficia y a quien perjudica esta política de siembra directa con uso de agroquímicos?

En el corto plazo los productores agropecuarios están chochos de la vida. Están muy bien, andan en cuatro por cuatro y se compran maquinarias,

¿Aún el productor chico?

Sí, claro. Porque lo que en realidad hace es alquilar sus tierras para que el productor grande acumule y siembre. Ellos no siembran. Arriendan sus tierras.

Pero además hay otra cosa. Para el discurso oficial las regalías de la soja pagan los planes sociales. Y esto no es cierto. La soja provocó que ese tipo pierda su empleo y hoy tenga que vivir de un plan social. Pero además este tipo es carne de la política más baja. Es el que se moviliza cuando se necesita una manifestación, el que corta una ruta cuando yo quiero. Es el verdadero rehén de esta política.

No en vano este proceso de posmodernidad atacó la salud y la educación. Por eso creo que el tema pasa por educar: machacar y machacar.

 

 

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Doctor Darío Roque Gianfelici

Médico General y Familiar, Especialista en Geriatría

Autor de "LA SOJA, LA SALUD Y LA GENTE"

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